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Nunca he prestado mucha atención a la Iglesia, ninguna a la jerarquía eclesiástica, aunque he de reconocer lo iconográfico de sus proclamaciones, con la fumata blanca como imagen y el “habemus papa” como eslogan.

Sin embargo, la proclamación como papa del cardenal jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio me lleva irremisiblemente al polifacético Koestler y a su bisociación creativa, según la cual surgen creaciones al combinar elementos de planos de la realidad distintos. Esta base de creatividad, tan importante para innovar o para tomar decisiones sin más, es la base del humor.

Es Koestler quien cita al escritor francés del siglo XVIII Chamfort en un pasaje de una de sus obras:

Un Marqués de la corte de Luis XVI un día, entrando en el dormitorio de su mujer, la encuentra en los brazos de un obispo. Ante esta escena, el Marqués se va a la ventana y se pone a bendecir a los viandantes que pasaban por la calle.

–   ¿Qué estás haciendo? –preguntó angustiada la mujer.

–   Como monseñor está llevando a cabo mis funciones, yo estoy cumpliendo las suyas –replicó el marqués

Algo de este humor podría encontrarse en la despedida del nuevo papa después de su Primera Cena, como papa, indicando a los cardenales: “Que Dios les perdone por lo que hicieron”.

O puede que no se despidieran, sino que eligieran la canción de Encarnita Polo para proclamar al nuevo papa: el papa Paco.

Pulse para escuchar la canción de proclamación del papa Paco

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