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Hace unas semanas recibí la invitación de Santiaga Sánchez Porcel, empresaria ganadera de la localidad almeriense de Chirivel, para participar en el pilotaje de un producto turístico que gira alrededor del cordero segureño. Sería en sábado, constituyendo una ocasión importante para hacer partícipe a la familia de esta experiencia.

La jornada comenzó en la finca El Ciruelo, desayuno con productos kilómetro cero, donde disfrutamos del pan caliente previamente amasado por Santiaga, de los embutidos de la empresa de embutidos Conchillo Castillo de Vélez Rubio, queso fresco, bizcocho casero,… Buena forma de comenzar la jornada.

Santiaga, con los nervios de cualquier debutante y la seguridad de quien habla de su quehacer diario, nos ilustró acerca de la historia de la raza de cordero segureño, de sus características morfológicas, de su alimentación, de las diferencias entre el producto ecológico y las exigencias de la Indicación Geográfica Protegida. Al final, el atractivo de los corderos derivó en improvisado photocall.

En la granja de Santiaga

En la granja de Santiaga

Posteriormente, subimos a nuestros vehículos y fuimos al encuentro de Antonio y su rebaño, la imagen de las 610 cabezas descendiendo a la era resultó impresionante, el viento y este gélido fin de mayo nos llevó a renunciar al recorrido de un sendero previsto inicialmente. De nuevo al vehículo y a disfrutar del paisaje en el que las ondulaciones que el viento dibujaba en las extensiones de cereal contrastaba con los campos recién roturados.

Ramón y su querencia por el pastoreo

Ramón y su querencia por el pastoreo

El aljibe de Los Falces y La Alfaguara sirvieron de preámbulo al almuerzo en El Palacil, ya en Vélez Blanco. Este pueblo me tiene cautivado, será el rumor del agua, su planta y el que comparta con el que ya es mi pueblo (Gérgal) un castillo como corona.

Tras el almuerzo, Dietmar Roth interpretó el Centro de Interpretación Alporchón, término que María Moliner define como edificio en el que se verifica la subasta de las aguas de riego, y más tarde el Castillo de Vélez Blanco, una pena que la magnífica planta de su continente y la historia que representa no cuenten con contenidos conservados.

El Castillo de Vélez Blanco

El Castillo de Vélez Blanco

A pesar del frío, nos atrevimos a subir a la Cueva de Los Letreros, Ramón disfruta descubriendo figuras simbólicas que sirven de atracción a turistas y excursionistas, la subida y el complicado acceso merecen la pena, Paula no se atreve a acceder, después de subir, y Caty se ofrece como improvisada canguro. Tras diferentes interpretaciones de la figura del Brujo y la búsqueda de diferentes Indalos, descendemos mientras Dietmar bromea con Caty indicándole su papel de canguro y la atención personalizada ofrecida al cliente. Paula ensalza la simpatía de Caty, cuestión que todo padre agradece, Manoli algo entumecida por el frío y Ramón con cara de satisfacción que resulta mayúscula cuando la amiga Eli le obsequia con algunos minerales y un fósil.

Dietmar explica las distintas interpretaciones de los símbolos de la Cueva de Los Letreros

Dietmar explica las distintas interpretaciones de los símbolos de la Cueva de Los Letreros

Café y pastel en Vélez Blanco disfrutando de la conversación con las amigas Ana, Gracia, Caty, Santiaga y Eli. Mis hijos y Manoli disfrutan del cariño de todas y los pequeños se entusiasman con la genialidad de Eli (amenazamos con visita con motivación ornitológica).

El viaje de vuelta, los pequeños no tardan en dormirse, las mayores no aguantan mucho más. El día ha merecido la pena y tras ver el álbum de la jornada, que Dietmar publica en Facebook, mis hijos recuerdan el nombre de todos y todas las que nos han acompañado en este pilotaje. Algo habréis hecho bien.

Yo creo que la base es interesante: autenticidad y conocimiento; que la pauta es adecuada: pilotaje, desarrollo de producto y comercialización. A vuestra disposición para lo que necesitéis.

Gracias Santiaga por hacernos partícipes de vuestra iniciativa y por contribuir a que mi familia vuelva a comprender lo maravilloso que puede resultar mi trabajo.