Corría el verano de 1995, un recien licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales viajaba a la capital de Colombia tras haber sido seleccionado para disfrutar de una Beca Intercampus de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Ya en aquel país, entre excursiones, rones, salsa y vallenato (grande Diomedes) se preocupaba de explicar las claves del proceso de integración europeo.
Ya entonces explicaba que el problema de la Unión Europea era que se construía en base a la convergencia nominal, renunciando a considerar como base la convergencia real. En definitiva, que la Unión Europea ponía su acento en considerar inflación, déficit público, deuda pública, tipos de interés… como patrones de convergencia. Poco se hablaba del gasto en educación, del gasto en investigación y desarrollo, de la tasa de desempleo,… A este debate dediqué los seminarios impartidos en aquella universidad bogotana, también al vallenato y a los rones, a conocer la biodiversidad colombiana y a aprender de sus gentes. Esto de aprender es una obsesión, a veces productiva y a veces improductiva, siempre rica.
Llega el año 2013 y tras dieciséis años como gergaleño, discreto y algo anodino, aprovecho aquel debate para manifestar mi pesar por las noticias que hablan de un nuevo recorte. Ahora afecta a la investigación científica que se viene desarrollando en el Observatorio Astronómico del Calar Alto, ubicado en la Sierra de los Filabres, entre los municipios almerienses de Gérgal, Serón y Bacares. De nuevo un recorte en I+D+i que afectará al nivel de conocimiento de este país y, de paso, a algunos empleos que permiten atender a la multifuncionalidad de los espacios rurales.
No es un debate de derechas o de izquierdas, es un debate de base, de principios, de cultura,… Simultáneamente, hablan a nivel estatal y autonómico de crear otras Agencias, ahora de transparencia, para intentar con ello evitar las fugas del flujo circular de la renta. Como economista aprendí e interioricé que los recursos son escasos y susceptibles de uso alternativo, también aprendí que deben permitir cubrir necesidades.
Dice más de la marca de un país o de una Comunidad Autónoma que se atienda a necesidades de promoción científica que a controlar a corruptos y corruptelas. Es otro concepto de transparencia, la que persigue a quien no se rige de una forma ética (corrupto o corrupta) y aquella que persigue aprovechar la transparencia de este cielo que nos cubre en la Sierra de los Filabres para generar Ciencia.
Mientras, en mi mesa no hay ron Viejo de Caldas, sí una copa de Gin Tonic; tampoco suena Tú eres la reina de Diomedes Díaz, sin embargo me envuelve Billie Holiday cantando Blue Moon.