La definición de empresario se confunde en ocasiones con la definición de emprendedor y, en un menor número de casos, con la definición de innovador.
En ocasiones coinciden en una persona las tres circunstancias: emprendedor, empresario e innovador.
Si consideramos el hecho de emprender desde distintas dimensiones, definiremos a quien emprende como la persona que de forma proactiva persigue la consecución de un objetivo claramente definido y que, habitualmente, entraña algún tipo de dificultad.
Personas emprendedoras son aquellas que constituyen una asociación para conocer si su caso de adopción respondió a alguna práctica ilegal, se asocian para promover la cultura de un barrio o forman parte de una red de voluntariado.
Personas emprendedoras son aquellas que programan su carrera académica, que denuncian una situación de maltrato o que plantean las diferentes posibilidades de aprendizaje que les puede reportar un programa de prácticas.
Personas emprendedoras son aquellas que deciden renunciar a parte de su salario y a horas de trabajo para evitar el despido de parte de la plantilla de su empresa.
Personas emprendedoras son aquellas que, como trabajadores por cuenta ajena, proponen mejoras, buscan nuevos mercados, reducen costes o corrigen aspectos de la organización.
Personas emprendedoras son las que inician negocios, pero también quienes los reorientan o los amplían.
Por lo tanto, no todos los emprendedores son empresarios.
Una persona emprendedora es, según el diccionario de la Real Academia, aquella que acomete y comienza una obra, un negocio, un empeño, especialmente si éste entraña algún tipo de dificultad.
Efectivamente, si bien una persona empresaria se puede decir que es emprendedora, una persona emprendedora no siempre ha de ser empresaria.
1ª Conclusión. Los empresarios son siempre emprendedores pero los emprendedores no siempre son empresarios.
Cuando un restaurador abre su primer restaurante es emprendedor, pero también lo es cuando tras varios años de carrera decide introducir una línea de productos de quinta generación para su comercialización en tiendas delicatesen o cuando abre un nuevo restaurante en otra localidad.
Una decisión de modernización de un negocio o la búsqueda de nuevos mercados son ejemplos de decisiones empresariales pero también son gestos emprendedores.
En la empresa en todo momento existe al menos un objetivo, una meta que conseguir. En la empresa continuamente se emprende.
Es preciso evitar la vinculación exclusiva del término emprendedor a aquellas personas que crean una empresa por primera vez y, en particular, a las personas autoempleadas.
Es más, en ocasiones se diferencia el término emprendedor empresarial de los términos empresa o empresario. Si revisamos la hemeroteca, encontraremos varios ejemplos, más o menos recientes, en los que se indica que los emprendedores de hoy (refiriéndose a los empresarios autónomos) serán los empresarios del mañana. Esta máxima ha sido realizada por representantes de las asociaciones empresariales, por un presidente de una asociación de trabajadores autónomos o por responsables económicos de alguna que otra candidatura a la presidencia del gobierno central.
Este planteamiento sugiere una duda acerca de la situación presente de los emprendedores autónomos: ¿no se trata de empresarios individuales? La confusión terminológica introducida es un craso error. La persona que opta por desarrollar su actividad económica bajo el régimen de autónomo es una persona que reúne tres características: autoempleada, empresaria individual y emprendedora.
2ª. Conclusión. El término emprendedor no es exclusivo de los trabajadores autónomos, por lo que se extiende a iniciativas empresariales desarrolladas bajo otras figuras jurídicas (sociedades, cooperativas,…).
3ª. Conclusión. Además, el autónomo es desde el primer momento una empresa, cuya única diferencia con el resto de empresas es su titular: la persona física.
El profesor Castell indicaba hace años que las políticas de desarrollo, con excesiva frecuencia, atendían a los propósitos orgánicos de las entidades que las promovían, descuidando con ello la consecución de sus objetivos fundamentales.
En la línea de la opinión de Manuel Castell, cuando hace unos años recibí de una entidad latinoamericana el encargo de redactar un manual para la orientación, asesoramiento y análisis de personas emprendedoras, en tanto en cuanto iniciaban un nuevo proyecto como empresarios-trabajadores autónomos, me indicaron que tenía que reemplazar el término emprendedores por el de autoempleados. Asombrado por la solicitud del técnico, le indiqué a éste que la precisión resultaba aguda al incidir en el autoempleo asociado al emprendedor.
Su respuesta, sincera y a la vez sorprendente, me indicaba que el término emprendedor correspondía a los instrumentos desarrollados por una Dirección General (encargada de la promoción de la economía social) y que, al tratarse de otra Dirección General, recibieron la prohibición expresa de hacer uso de la palabra emprendedor y de cualquier palabra de su misma familia.
En aquella ocasión asistí a un proceso de autoempleo que no era protagonizado por emprendedores, sino por autoempleados a secas. ¡Albricias!
4ª. Conclusión. El uso político-administrativo de los términos no siempre responde al significado de los mismos.
En otras ocasiones, se vincula directamente al emprendedor con la innovación. Efectivamente, una de las características de quien emprende es su orientación al cambio, pero todo emprendedor no ha de innovar necesariamente. Pongamos un ejemplo.
En una pedanía rural un restaurante sufre un proceso de relevo generacional. Ante la posibilidad de traspasar el negocio, un hijo de los empresarios titulares decide ser titular del negocio, manteniendo el restaurante con los mismos recursos y la misma organización que la planteada en los últimos años por sus padres. Estamos ante un caso de emprendedor empresarial que, hasta el momento, no ha innovado.
5ª. Conclusión. Una de las características de las personas emprendedoras es su orientación al cambio y, con ésta, a la innovación. Esta característica no implica que en todos los casos quien emprende innove.
Probablemente, quien lea estas reflexiones se vea abrumado por las dudas semánticas planteadas, aunque son del todo necesarias para no comenzar indicando al alumnado una definición inadecuada. Por esta razón, concluye este artíclo con una propuesta de delimitación conceptual que nos permita hablar con propiedad, no induciendo a la confusión de términos.
Emprendedores. Personas que se caracterizan por su iniciativa para lograr un objetivo que, habitualmente, encierra algún tipo de dificultad.
Atendiendo a la naturaleza de este objetivo, podemos clasificar a los emprendedores en las siguientes categorías:
Emprendedores Sociales. Cuando el objetivo perseguido está relacionado con un beneficio para la sociedad civil en su conjunto o para un sector de la misma.
Emprendedores Empresariales. Cuando el objetivo perseguido implica la generación de una actividad empresarial, bien creando una nueva empresa o planteando procesos de reorientación o ampliación de una empresa existente.
En otro orden, distinguimos emprendedor de intraemprendedor.
Intraemprendedores. Trabajadores de una empresa o miembros de una organización sin ánimo de lucro que se caracterizan por su iniciativa para el logro de un objetivo.
Al margen de esta clasificación, decimos que una persona tiene iniciativa emprendedora cuando plantea objetivos y establece estrategias para intentar lograr su consecución.
Cuando hablamos de creatividad, innovación o determinación nos referimos a características vinculadas al perfil emprendedor pero no a la definición de emprendedor.
Por todo ello, resulta conveniente abordar la iniciativa emprendedora como un concepto multidimensional en cualquier ciclo del sistema educativo. Por ejemplo, en la primera parte del proyecto educativo Los Retos de FER, en el material para quinto de primaria (Los Retos de FER I), consideramos a personas emprendedoras en el epígrafe «Quien emprende no es de Marte», en donde nos acercamos a personas emprendedoras que, sin embargo, no son empresarias. Es el caso de la atleta malagueña paralímpica Carmen Herrera.
Del mismo modo, en asignaturas como Empresa e Iniciativa Emprendedora pondremos nuestro foco en las personas que emprenden en la esfera empresarial.
Es la apuesta que necesita esta sociedad, ¿cómo vamos a salir de ésta?
Necesitamos niños y niñas proactivos, creativos,implicados con la sociedad…EMPRENDEDORES
La educación debe desmarcarse de rigideces institucionales y cortoplacistas. El alumnado debe mancharse las manos, gastar el calzado y abrir la mente. Y no debe hacerlo solo. La institución educativa debe acompañarlo en la gran aventura del conocimiento.
Hacer visibles a las personas emprendedoras es fundamental. Me parece muy interesante vincular la cultura emprendedora con otras áreas. Muy interesante vuestra propuesta.
Retomemos aspectos que ya barajaba la Institución Libre de Enseñanza del rondeño Fernando Ginés de los Ríos y de otros y otras grandes intelectuales de aquella España de principios del Siglo XX.