Para comprender esta hipótesis resulta recomendable hacer una revisión, no necesariamente profunda, de los manuales que empleamos en el ámbito de la enseñanza secundaria y en el ámbito de la enseñanza universitaria para explicar todas las materias relacionadas con el mundo empresarial. También, en las estrategias y tácticas que se emplean en relación a la orientación laboral (FOL).

En estos manuales aparece reflejada una realidad empresarial que poco tiene que ver con el tejido empresarial específico de cada territorio. ¿Por qué?

Según mi criterio, por la reproducción de esquemas excesivamente sesgados, en los que la utilidad se reduce al beneficio empresarial (habitualmente mal explicado) y en el que no se internalizan otros beneficios como el grado de realización personal, el control del riesgo, la autonomía en la toma de decisiones,…

Esta reproducción se centra en esquemas de pensamiento neoclásicos en los que el análisis marginal, la escala y la producción resultan protagonistas. Según estos esquemas la empresa ha de perseguir única y exclusivamente la maximización del beneficio, limitando su responsabilidad social al cumplimiento de la legislación vigente. Según estos planteamientos, haciendo uso de las manifestaciones de sus precursores,  se ha de atender a la máxima “el negocio es el negocio”. Estos planteamientos, radicalizados en la década de los setenta y los ochenta, han sesgado negativamente la visión del mundo de la empresa desde distintas esferas, entre las cuales se encuentra el sistema educativo.

No se trata de demonizar el objetivo de máximo beneficio sino de plantear que el concepto de éxito de quien emprende puede concretarse en otros objetivos.

El desarrollo de una vocación, la aplicación de unos conocimientos, el autoempleo, la búsqueda de un negocio compatible con un proyecto vital o el control directo del riesgo constituyen conceptos de éxito.

Son muchos los empresarios y las empresarias que hacen de su ocio un negocio y que sienten pasión por lo que hacen. Tras dos años de trabajo contrastando esta hipótesis, sigo sin encontrar otro ejemplo que lo evoque con la cadencia y la belleza del personaje Vianne Rocher, interpretado por Juliette Binoche en la película Chocolat.

 

Chocolat

Además, el contemplar el concepto de éxito empresarial de una forma diversa permitirá un mayor acercamiento al fomento de la cultura emprendedora por parte de aquellos miembros de la comunidad educativa que presentan algún tipo de animadversión hacia la iniciativa empresarial.

En cualquier ámbito, la crítica sin argumentos da lugar a la banalización desmesurada y a la reducción simplista. Por este motivo, es necesario ofrecer argumentos que permitan superar ideas preconcebidas, mejorando con ello la preformación del profesorado y del alumnado.

Del mismo modo, una reproducción sistemática de un concepto, a pesar de no ser acertada, lleva al fatal convencimiento del mensaje transmitido.

En definitiva, se reproduce en el ámbito empresarial el binomio conocimiento-tolerancia, según el cual el conocimiento nos hace ser más tolerantes. También es necesario exigir la tolerancia en relación a las diferentes opciones empresariales.

En esta línea, resulta fundamental fomentar la búsqueda del “elemento”, esa pasión, esa actividad que nos llena de satisfacción y por la que perseveramos con una evidente orientación al logro. Con independencia de la fórmula elegida para su desarrollo: participando en una asociación, trabajando por cuenta ajena, trabajando por cuenta propia,…

En este punto el papel del profesorado es fundamental, como mentor, como guía, como persona que facilita y alimenta el desarrollo del elemento. En un proceso que recupera elementos socráticos. El cine evoca esta circunstancia en múltiples ocasiones, un buen ejemplo es la cinta británica Billy Elliot (S. Daldry, 2000).
Billy Elliot
El elemento es un concepto básico, como todos los conceptos esenciales, desarrollado por Sir Ken Robinson y que representa una vuelta a paradigmas que permitieron grandes procesos de transformación: Renacimiento, Ilustración, Revoluciones Industriales,…


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